jueves, 4 de abril de 2013

Autoengaño

Ella vive en su mundo. No le importa nada ni nadie.
Su vida es una rutina continua, una rutina que le da fuerzas, una rutina en la que se refugia cuando se asusta porque sabe que ahí está segura.
Lo que conoce del exterior no le gusta. O quizá sí, pero está demasiado ocupada autoconvenciéndose de que no necesita nada de fuera como para atreverse a asomarse.
Ha pasado meses, años, de reclusión voluntaria en una burbuja de cristal opaco.
Ella sabe que sólo es cristal. Que se rompe. Así que noche tras noche se tapa hasta las cejas con la sábana, con la esperanza de que a la mañana siguiente no se despierte rodeada de su burbuja hecha añicos.
El tiempo le ha enseñado que no hay peor enemigo que tú mismo, pero ha preferido ignorarlo.
Ella se cree feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario