domingo, 30 de diciembre de 2012

Confesiones de última hora

Ha sido un año completo. Ni bueno, ni malo, no hay adjetivos en el mundo para describirlo.

Ha sido un año corto. Uno con dos estaciones: contigo y sin tí. Con besos que saben a despedida y con besos que dicen que sí.

Ha sido un año largo. Días que no pasaban, noches interminables. Semanas abocadas al fracaso. Meses sin ánimo del que agarrarse.

Todo mi año se ha basado en el pulso que mantengo conmigo mismo, en intentar hablar después de tanto tiempo. Pero sólo sé ladrar porque no encuentro las palabras, palabras que dejé escondidas por miedo a pronunciarlas.

Se desgarró mi saco de sueños y se desperdigaron por el suelo. He hecho un collage, pero no sé dónde va cada uno.

Intenté construir un muro pero se derrumbó en segundos.

Quise empezar de nuevo pero sigo anclado al pasado. Todo sigue como empezó, contigo al volante y yo en el maletero, metido entre los trastos viejos.

Shinoflow - Fue Tan Importante



lunes, 30 de abril de 2012

Límites.

¿Qué sabes tú de acerca de los límites? 

Cualquiera con dos dedos de frente sabe que no son más que un término para definir a aquellas barreras que tan comúnmente nos pone nuestro entorno, nuestra cultura, nuestra forma de vida.

Es harto triste pensar en ello. Muchos viven la vida dentro de ciertos parámetros que ni siquiera fijan ellos mismos. Todo se reduce en esos casos a una existencia vacía, predecible y aburrida que no hace más que seguir un guión ya escrito por otros. Te conviertes en un barco de papel en un río, sin potestad alguna sobre lo que puedes llegar a hacer con tu rumbo. ¿De verdad se puede llegar a ser feliz así? Si la respuesta es sí, ¿qué nos diferencia de una oveja?

A mi parecer un límite no es más que la marca que uno mismo pone para decir "Hasta aquí llegué la última vez". 
No es ni mucho menos el final de tus capacidades. Es simplemente una referencia, un muro que hay que derribar para saber qué hay detrás. ¿De qué vale llegar una vez tan lejos si no tienes la intención de seguir adelante?

Claro que no es fácil, nunca lo es. Esto es un ejercicio de autosuperación, no un camino de rosas. Las cosas no son como las pintan. Sé tú mismo el que defina hasta donde quieres llegar. Y una vez allí, sigue rompiendo tus marcas, sigue empujando más fuerte, sigue batiendo tus mejores registros. Puedes pararte, pero nunca detenerte.

Llega hasta donde nunca te habías atrevido plantearte llegar.

Crystal Fighters - In The Summer (Brookes Brothers Remix)

jueves, 12 de abril de 2012

Roulette.

Tu corazón es un rosal seco, marchito, lleno de espinas que dañan la benévola mano de aquel que se lamenta de la pérdida de tu antaño precioso y tan lleno de significado color rojo, característico de cualquier buen relato de amor, pasión y desenfreno.

¿Cuántas noches pasaste en vela pensando, programando ''y si..'' para situaciones que sabrías que nunca se darían? ¿Cuántas horas te tiraste mirando al mar pensando en si dejarte llevar? Tu mente está con el interruptor en off, tus miembros no responden, el tiempo se te acaba y tu todavía recapacitas demasiado. Se te escapa el alma entre los dedos, desluces tus mejores años con dudas que no hacen justicia a lo maravillosa que llegas a ser sin proponértelo siquiera.

Ni tu sombra te pertenece, vives una vida prestada, malamente aprovechada. No dejes que ello pase sin más. Vive. Siente. Disfruta. Abre los brazos a todo aquello que venga a tí. Agradece cumplidos con el corazón. Acepta consejos, pero no permitas que éstos condicionen tus decisiones. Sé firme como una roca en lo que te hace feliz. Inamovible con los que quieren alejarte de lo que quieres. Dura con aquellos que no te dejan vivir a tu manera. Implacable con quienes no hacen nada más que brindarte malos momentos.

Atrévete a ser quien realmente eres. Es lo único que realmente te pertenece. 




VAMOS FUGIR - Skank

martes, 6 de marzo de 2012


No caeré ante ti. Serás grande, serás pesada, serás fuerte. Pero no puedo perder. Esto va más allá de lo puramente físico y terrenal. Hablamos de lo que tenemos ambos en juego. Todos esperan que tú ganes.
Pero, ¿y yo?
Soy un pelele en esto, ni se me da bien ni quiero que se me dé nunca. Ni siquiera me gusta. Por ello entre otras cosas soy el presunto perdedor de esta debacle en la que nos encontramos. Paradójicamente, es eso por lo que tengo todas las de ganar conmigo. Ni tú ni nadie ha supuesto que yo pueda dar la campanada y mandarte a la esquina del ring de un golpe. ¿Porqué perder el tiempo pensándolo? Está fuera de mis posibilidades, ¿no?
La realidad es que según vas leyendo esto, la pequeña semilla de la duda ha germinado en ti, y ya no estás tan segura de tu victoria. Pero te preocupes, pasará pronto. Siempre te has tenido a ti misma en muy alta estima.

No tengo nada que perder, y sin embargo, tengo mucho que ganar. ¿Estás acaso tú en la misma situación? Permíteme dudarlo, presunta vencedora. Hay mucha gente que depende de lo que pase aquí. Gente que presume ser tu más ferviente admiradora pero que te dejará de lado si las tornas cambian, no lo dudes. Quizá habrá gente que no te abandonará. Pero que no te mostrarán apoyo alguno.

Recuerda lo que eres. Recuerda lo que tienes. Y piensa en lo que vas a perder ahora.

Por mi parte, comienzo de cero. No caeré.

domingo, 19 de febrero de 2012

Pasar página.


Últimamente escucho sin parar eso de ''tienes que pasar página''. Generalmente se entiende que tienes que superar una situación sin mirar atrás, la propia expresión lo dice... Pero es que desde siempre eso me ha parecido una obviedad, cada persona sabe lo que le conviene y lo que quiere para su futuro inmediato y actúa en base a ello. Si te abandonan en una relación, tienes dos opciones ; continuar en un punto en el que te aseguro que nadie psicológicamente sano quiere estar o aprender a vivir con lo que sea que te haya pasado. Nada de superar la situación sin mirar atrás. No te enfrentes a tu pasado y tus errores, acéptalos, intégralos en tu vida, aprende de ellos. Ellos no son tus enemigos, son los profesores que se encargarán (si les dejas) de que no vuelvas a verte en la misma situación.

Aún así, los humanos estamos mal diseñados para la pérdida. Nunca he entendido porque nos tomamos tan mal la muerte de un ser querido o simplemente una desgracia. ¿Qué se le ha pasado por la cabeza a la evolución haciéndonos desarrollar estos sentimientos hacia algo que ya no existe? ¿Ganamos algo con ello, acaso?
Lo único que podemos hacer contra esto es llorar, dejar que las lágrimas laven nuestro maltrecho yo, negar lo que es irremediablemente cierto y sobrecogernos ante la dureza de lo inevitable. Porque de la muerte y de la pérdida es demasiado difícil aprender algo.

Ben Cocks - Your Firefly


miércoles, 1 de febrero de 2012

Son sueños


Estás asustado, mojado, desubicado. El corazón te late a un ritmo infernal,y por un momento temes que te explote el pecho. Miras entonces a tu alrededor buscando algo conocido a lo que aferrarte, algo de referencia, un bote salvavidas en un mar que sufre una despiadada tormenta que te zarandea como hace cualquier niño de 2 años con un pequeño animalito ; sin maldad, pero con tanta violencia que te hace preguntarte si realmente no lo hace queriendo.
Todo da vueltas alrededor tuyo, tragas agua. Ya no sabes nadar. Tu vida no depende ya de tí mismo, eres un juguete en manos de los elementos. Hasta que llega el momento en el que te rindes a lo inevitable y te hundes.

Como si volvieras a nacer, ves una abertura de luz delante a la que te aproximas. ¡Zas! Estás en tu cama, la que después de tanto tiempo, todavía no reconoces como tuya propia. ''Solo ha sido un sueño'', pensarás. Pero ha sido más que eso, y ambos lo sabemos. Ha sido el reflejo de tu subconsciente, el tan traicionero compañero del que nunca te podrás separar y que nunca te dirá nada de manera directa. Sin embargo, el muy cobarde te mandará indirectas por doquier. Es la parte de tí mismo que más deberías odiar.

Puedes intentar ser quien no eres de cara a los demás, pero... a ti mismo no te puedes engañar tan fácilmente. Puedes contar una mentira, pero tu subconsciente te dirá que eres una mala persona, y te perseguirá para que te sientas culpable. Ni durmiendo puedes huir de él, porque es en esos momentos donde toma el control de tu cuerpo y mente y hace lo que quiere contigo. Encima, sabe de tus deseos y tus secretos más profundos así que te hará chantaje con ellos.

¿Porqué no aceptar entonces que lo que él nos muestra es simplemente el interior de nosotros mismos? Quizá es sólo un espejo en la pared, uno que invita a la introspección, que refleja otra realidad en la que somos nosotros los creadores, a diferencia de esta en la que somos simples invitados. ¿O sería mejor decir prisioneros?

Housse de Racket - " Oh Yeah !"


lunes, 23 de enero de 2012

Tiempo.


Es sorprendente la manía que tenemos los humanos de cuantificarlo todo. ¿Te has fijado en algún momento que vivimos pendientes de las horas y los minutos? Vivimos siendo esclavos de una magnitud física que no es alterable, que no puede ser ralentizada y mucho menos detenida. Implacable, sigue adelante con la fuerza de un universo que no hace más que avanzar.

Duermes, comes, estudias y haces planes. Vives. Todo ello perfectamente organizado en base a algo que ni sientes, ni puedes tocar, algo que ni por asomo podrás controlar nunca. ¿No te resulta ridículo pensar en el tiempo como una línea recta que va del pasado al futuro, como mucha gente lo representa? Lo es.

Nuestra percepción del tiempo es una ilusión, algo totalmente abstracto que marca nuestro ritmo de vida. Pero, ¿de dónde salió? ¿Quién metió en nuestras vidas una variable que lo único que realmente puede hacer es crear infelicidad? Dirán algunos que el tiempo cura heridas, pero eso es una vil mentira.

Lo único que cura heridas no físicas, es nuestra limitada memoria, que hace que recordemos todo mejor de lo que realmente fue en nuestro presente de aquel entonces. Habrán otros que me quiten razón, alegando que después de 5 años siguen odiando a su antigua pareja como si fuera el primer día después de abandonar la relación. Eso no es odio. Es rencor. Ni por asomo es lo mismo, y si todavía lo sientes es que todavía la tienes presente, puesto que no quieres olvidar a tu antiguo ''amor''.

Al tiempo todo esto le da igual. El seguirá adelante, completamente a su rollo, implacable cual verdugo. Nunca llegará el día en el que la inocente taza de porcelana que tropezó con el doblez del mantel y cayó por el borde de la mesa, haciéndose pedazos contra el duro suelo, retroceda hasta volver a estar sentada plácidamente en su lugar de origen. Mejor así.

Un beso dura lo que dura un beso, un sueño dura lo que dura un sueño.  Y eso es todo lo que necesito saber.

Empire Of The Sun - Walking On A Dream

miércoles, 18 de enero de 2012


Si tuvieras la oportunidad, la ocasión, de volver al pasado a cambiar algo... ¿La aprovecharías? Obviamente la gran mayoría pensará que es obvio que sí, todos hemos dicho y hecho cosas de las que nos arrepentimos, cosas que sucedieron en el momento/lugar y/o con la persona equivocada.
Me resulta curioso pensar que esos ''errores'' que cambiaríamos forman parte de la persona que somos hoy en día. ¿Quieres intentar cambiar una parte de tí, entonces? Ya son palabras mayores, ¿Verdad?
La vida hay que imaginársela como si fuera un laberinto que siempre te lleva al final. Teniendo esto en mente, se deduce que no hay ni camino incorrecto, ni camino correcto. Puede que el que uses sea más largo, más corto, más sinuoso o que tenga más pendiente que otros que podrías haber cogido, pero has tomado uno en particular. Lo verdaderamente importante es que el camino cambiará contigo. Lo que antes en la lejanía parecía una  alta montaña, ahora es un bache; el río ante el que seguramente tendrías que dar un rodeo para llegar al otro lado, ahora no es más que un simple charco embarrado. Y el amistoso pajarillo que hace pio-pio cuando te ve ahora es un buitre que no deja de trazar círculos por encima tuyo, esperando tu final.
Sin embargo, el camino te cambiará a ti también. Ya no eres el mismo que cuando empezaste a andarlo. ¿Estás pensando en lo que habría pasado si hubieses tomado otro? Lo más probable es que te hubieras transformado en otra persona. Lo cual no quiere decir que estuvieses mejor que en tu camino actual. Ni que fueses más feliz. Quizá hubieses a conocido a el amor de tu vida. Quizá éste te hubiese dejado. Y que ahora estuvieses destrozado por dentro. Pero ese no eres tú. Tú estás hecho de otro material. Estás por encima de todo eso.

Eres como eres, estás en el camino en el que estás.

Enorgullécete.

sábado, 7 de enero de 2012

Parte 2.

[Comienza en parte 1] ...Y no puedo evitar sorprenderme al ver la sonrisa que luzco en mi cara. Realmente he cambiado mucho. Sin embargo, no sabría decir si es una sonrisa feliz o una sonrisa sádica al más puro estilo león que se relame al ver una cría de cebra que se aleja de la manada. 
Mi otro yo tiene en la mano una pistola grabada con unas palabras que no alcanzo a leer. Sin apartar esos ojos que tan vistos tengo de mí, saca el cargador de ella y meticulosamente procede a retirar las balas una a una. Cuando acabo con mi tarea, recojo una del suelo y me la lanzo. Nada más tocarla siento que pesa demasiado para ser una simple bala. Y noto que también tiene algo grabado. Le doy la vuelta a la bala para leerlo. La sonrisa de mi otro yo se acentúa mientras lo hago. 

Esperanza.

Mi cerebro ni ha terminado todavía de procesar esta palabra y ya me manda señales de alarma. El pecho me explota de dolor cuando asimilo que estoy emponzoñado por culpa de estas dichosas balas. Levanto la mirada y me encuentro con que mi otro yo se ha sentado y observa mi reacción. Cierro los ojos intentando reunir suficiente fuerza para avanzar, pero lo único que consigo es perder el tiempo. A pesar de ello comienzo a correr ( más que correr, caminar rápido, pero correr suena mejor ). Mi espada de verdades se ha materializado en mi mano. Pero esta vez las palabras que la componen están casi quietas. Y comienzan a desintegrarse poco a poco. No tengo tiempo.
Ya estoy más cerca de mí mismo. Sigo sentado en el suelo, observándome con curiosidad. Pero sin mover un dedo; confío demasiado en la fuerza de mi munición. Sé que me detendrá antes de llegar a tocarme con esa espada. Pero estoy equivocado. Bajo mi espada con saña.
De repente, todo ha acabado. Estamos ambos en el suelo. Ninguno sangra, ninguno se queja, pero ambos sabemos que estamos heridos de gravedad. De hecho, mi otro yo sigue sonriendo. Con una voz que también tengo demasiado oída, me dice : 
- Pensarás que estoy loco por reírme en esta situación. Pero no lo estoy. De hecho, he ganado. Eres tú el que seguirá adelante con su vida, pero nunca podrás arrancarte la esperanza de tu pecho. 
¿Qué puedo hacer?, pienso. Y empiezo a reírme yo también.
Nada.
No puedo hacer nada.
¿Para qué voy a preocuparme entonces?


lunes, 2 de enero de 2012

Parte 1.


Bang Bang.

Dos disparos rompen el dulce silencio que me envuelve. La oscuridad que hace tiempo que me acompaña, que se ha convertido en la mayor de mis confidentes en esta batalla contra mí mismo, se desvanece. Al igual que todas las guerras, probablemente de aquí no salga vencedor alguno.
Molesto, me doy la vuelta y, tras un gran esfuerzo, abro los ojos. Estoy tumbado en el frío suelo, sujetando una espada que parece estar hecha con palabras. Palabras sin conexión aparente que vibran, serpentean y se retuercen. Me levanto y la toco suavemente con la punta de mis dedos y siento que un torrente de verdades de fuerza inusitada me atraviesa.
Como si de un puñetazo en el pecho se tratara, las piernas me fallan y caigo de rodillas. Me tiembla todo el cuerpo. Suelto la espada. Durante unos instantes la cabeza me pide desmayarme. Pero saco fuerzas de quién sabe dónde y vuelvo a ponerme en pie. Prefiero no volver a coger el temible arma. ¿Quién diría que las verdades tuviesen tanta fuerza?

Bang Bang.
Noto algo caliente resbalando por mi pecho. No es agradable, es pegajoso. Pero bueh, es soportable. Sé de sobra que me he disparado. Ya no duele. Miro a mi alrededor buscándome. Veo una sombra y me acerco donde -presumiblemente- se esconde mi otro yo. No siento miedo alguno.
Llego a una esquina. La doblo y me encuentro con una versión de mí que ya no recuerdo. Me estoy dando la espalda. Me acerco lentamente. Pero mi otro yo, después de todo, también es parte de mí. Ambos sabemos como piensa el otro. Así que me doy la vuelta y me miro a los ojos.
[Continúa...]