domingo, 17 de febrero de 2013

Obsesión I

Llegas a tu casa nervioso, sudando. Las manos te tiemblan y el corazón te late rápido. El día te ha pasado como un borrón por delante, y tú no te has dado cuenta realmente de nada.
Ahora mismo, todo se reduce a tu obsesión.
Tu cuerpo, a pesar de tu buena y noble voluntad, es más fuerte que tu mente. La lucha entre ambos termina antes de tener lugar siquiera, te has rendido antes de empezar. Y con un suspiro de alivio que procede de lo más profundo, te sientas....y comienzas a escribir. 

La ambrosía de toda persona que ame la literatura son las letras y las palabras. Sientes que la emoción te embarga al ver de lo que tus dedos son capaces y un escalofrío recorre centímetro a centímetro tu cuerpo a un ritmo pulsátil que coordina con los latidos de tu corazón. Eres libre, estás en tu mundo, el mundo que tanto echabas de menos, un mundo en donde eres quien quieras ser, donde no hay restricciones para la imaginación.
Miras el reloj. 4: 26 A.M. Te ha vuelto a pasar.